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miércoles, 27 de octubre de 2010


The Wolf and the Moon

Un día lejano en una época cuando los sueños eran parte común de la vida de las
personas, cuenta la leyenda, que en un bosque cubierto por la nieve habitaba un
lobo solitario llamado Megrez. Llevaba más de dos años solo por el bosque y
nadie podía hacerle frente, el solo, era más temible que todas las manadas de
lobos juntas.

Una ocasión caminando entre la blanca nieve, Megrez, miró a una pareja de lobos;
sintió algo dentro… después se encontró con el espejo del lago congelado y miro
su reflejo, posteriormente sin querer reflejado junto a el miro a la luna y se
puso a pensar ¿por que los otros lobos le cantaban? ¿Por que adoraban su
belleza? alzó sus ojos pero no la vio muy bien ya que una nube tapaba parte de
ella.

Fue hacia la manada donde los lobos eran más peligrosos, el líder era un sabio y
Viejo lobo que llevaba mucho tiempo en le bosque, ese Viejo lobo alguna vez
estuvo solo como el, así que se arriesgo.

El Viejo lobo le preguntó:

--¿qué quieres? eres un lobo solitario y aunque seas muy poderoso no tienes
mucha fuerza, quizás puedas con tres o mas de mis lobos a la vez, pero mis lobos
son tan fieros que te cansaran y tus fuerzas desaparecerán, no puedes pelear por
mucho tiempo. Además yo mismo puedo derrotarte –

Megrez contestó:

--No vengo a pelear si no a preguntarte ¿porque los lobos le cantan a la luna?—

El Viejo lobo sonrió, levantó la mirada y observó la luna, volvió los ojos hacia
él y dijo:

-- cada período de tiempo existen lobos solitarios como tú y como yo son parte
del bosque y como no forman parte de una manada no conocen la luna.

En una época me tocó ser ese lobo solitario hasta que encontré la luna….
Tienes que ir al monte de la muerte ahí donde mis lobos cazan y miran la luna.
Si sobrevives formarás una manada y otro lobo solitario ocupará tu lugar. —

Después de escuchar estas palabras, Megrez deseaba ver a la luna, a pesar de que
su vida corría riesgo...

Cuando estaba llegando al valle de la muerte, se encontró con la manada de
lobos... estaban como poseídos, mostraban sus colmillos filosos como navajas y
en sus ojos sólo se podía ver la muerte.

Megrez observó el terreno, pensó que posiblemente era mejor huir aunque su
orgullo se lo impidiera, pero su deseo era mas fuerte, la luna...

Así que se enfrentó, peleó valientemente; cayó el primero y una herida en la
espalda, cayó el segundo y una herida en la pata, cayó el tercero y una herida
en el ojo, cayó el cuarto y una herida en el cuello, cayó el quinto y una herida
en su costado.

Sólo quedaban dos más, ellos estaban agotados, pero el estaba malherido y ya
casi sin fuerzas, era imposible que los derrotara a los dos.
Pensó en su deseo, un esfuerzo mas y conseguiría ver a la luna, así que se
decidió cerrando los ojos, estaba dispuesto a perderlo todo por ese deseo
inmenso; se arrojo contra el par de lobos y de un movimiento rápido tomo a uno
del cuello, clavo sus colmillos en el y presionó sus mandíbulas hasta que el
cuello se rompió, sintió el sabor de la sangre del enemigo mezclarse con la
suya, mientras el otro lobo le hizo una herida mortal en el pecho.

La blanca nieve iba tiñéndose de rojo gota a gota y su vida y sus fuerzas se
escapaban tan rápido como la sangre por sus heridas. Solo uno mas, pensó, y su
deseo se haría realidad.

Se arrojo contra el ultimo lobo con firmeza, coraje y valor, pero este ultimo se
escapo fácilmente de su ataque y le dio otro golpe con el que Megrez quedo
derrotado.

El Lobo vencedor aulló triunfante y comenzaba a marcharse, protegiendo su
territorio. Megrez ,tendido en la nieve dejo de sentir el frío, dejo de sentir
dolor, en su mente cruzaban varios pensamientos vagos, pero solo uno que le hizo
abrir su único ojo bueno…la luna, pensó.

En ese instante sintió entrar respiración en sus pulmones - aún no puedo morir-
pensó, saco fuerzas de su deseo, como pudo se levanto, miro al último lobo y dio
su aullido. Sin pensarlo más, se lanzo a luchar. El lobo enemigo se abalanzó
contra él afilando sus colmillos y garras, pero Megrez lo derrotó de un sólo
golpe, el cuerpo del enemigo quedo destrozado en la nieve.

Comenzó a caminar, por fin llego a la cima del monte de la muerte y con su único
ojo miró como la luna se quitaba su velo y le sonreía, era algo tan hermoso que
una lágrima corrió por su ojo, comenzó a sentir algo dentro, comprendió que eso
era amor, y en ese instante salio por primera vez un aullido tan melancólico y
feliz, que los aldeanos se estremecieron.

Megrez cumplió su deseo, se enamoró de la luna y lo comprendió todo… no queria
una manada, quería a la luna...

Cuenta la leyenda que cada periodo de tiempo hay un lobo solitario que es capaz
de luchar por sus deseos y que lucha a pesar de todo y se enamora de la luna,
cuando esto ocurre, ambos quedan emparejados para siempre.